Rezos para Juana de Arco
Por tu poder,
Oh Rey de los Cielos,
Dar a Juana de Francia
El halo y el altar. Repetir
Más oraciones para el dinero
Un conquistador de la Francia culpable
No, ese no es el objeto de su deseo.
Sólo Juana es capaz de salvarla.
¡Todos los héroes pesan menos que un mártir!
Señor, Juana es Tu espléndida obra,
Un corazón de fuego, el alma de un guerrero:
Se las diste a la virgen tímida
A quien quisiste coronar con laureles.
En su humilde prado Juana oyó
Voces del Cielo llamándola al combate.
Se fue para salvar a su país.
El dulce niño comandó el ejército.
Se ganó las almas de los orgullosos guerreros
El Divino lustre del mensajero del Cielo,
Su mirada pura, sus palabras ardientes
Pudieron hacer que cejas audaces cayeran.....
Por un prodigio único en la historia,
La gente entonces vio a un monarca tembloroso
Recupera su corona y su gloria
Por medio del brazo débil de un niño.
No son las victorias de Juana
Queremos celebrar este día.
Dios mío, conocemos sus verdaderas glorias
Son sus virtudes, su amor.
Al luchar, Joan salvó a Francia.
Pero sus grandes virtudes
Tenía que ser marcado con el sello del sufrimiento,
Con el sello divino de Jesús su Esposo!
Sacrificando su vida en la hoguera,
Juana escuchó la voz de la Bendita.
Dejó este exilio por su tierra natal.
El ángel salvador volvió a subir al cielo...
Joan, eres nuestra única esperanza.
Desde lo alto de los Cielos, digna de escuchar nuestras voces.
Ven a nosotros, ven a convertir a Francia.
Ven a salvarla por segunda vez.
Por el poder
Del Dios Victorioso
Salvar, salvar Francia
¡Ángel Libertador!... repito
Persiguiendo a los ingleses fuera de toda Francia,
Hija de Dios, ¡qué hermosos fueron tus pasos!
Pero recuerda que en los días de tu infancia
Sólo cuidaste corderos débiles...
Asumir la defensa
De los impotentes
Preservar la inocencia
En las almas de los niños, repite
Dulce mártir, nuestros monasterios son tuyos.
Sabes bien que las vírgenes son tus hermanas,
Y como tú el objeto de sus oraciones
es ver a Dios reinar en cada corazón.
Oh Rey de los Cielos,
Dar a Juana de Francia
El halo y el altar. Repetir
Más oraciones para el dinero
Un conquistador de la Francia culpable
No, ese no es el objeto de su deseo.
Sólo Juana es capaz de salvarla.
¡Todos los héroes pesan menos que un mártir!
Señor, Juana es Tu espléndida obra,
Un corazón de fuego, el alma de un guerrero:
Se las diste a la virgen tímida
A quien quisiste coronar con laureles.
En su humilde prado Juana oyó
Voces del Cielo llamándola al combate.
Se fue para salvar a su país.
El dulce niño comandó el ejército.
Se ganó las almas de los orgullosos guerreros
El Divino lustre del mensajero del Cielo,
Su mirada pura, sus palabras ardientes
Pudieron hacer que cejas audaces cayeran.....
Por un prodigio único en la historia,
La gente entonces vio a un monarca tembloroso
Recupera su corona y su gloria
Por medio del brazo débil de un niño.
No son las victorias de Juana
Queremos celebrar este día.
Dios mío, conocemos sus verdaderas glorias
Son sus virtudes, su amor.
Al luchar, Joan salvó a Francia.
Pero sus grandes virtudes
Tenía que ser marcado con el sello del sufrimiento,
Con el sello divino de Jesús su Esposo!
Sacrificando su vida en la hoguera,
Juana escuchó la voz de la Bendita.
Dejó este exilio por su tierra natal.
El ángel salvador volvió a subir al cielo...
Joan, eres nuestra única esperanza.
Desde lo alto de los Cielos, digna de escuchar nuestras voces.
Ven a nosotros, ven a convertir a Francia.
Ven a salvarla por segunda vez.
Estribillo 2
Por el poder
Del Dios Victorioso
Salvar, salvar Francia
¡Ángel Libertador!... repito
Persiguiendo a los ingleses fuera de toda Francia,
Hija de Dios, ¡qué hermosos fueron tus pasos!
Pero recuerda que en los días de tu infancia
Sólo cuidaste corderos débiles...
Estribillo 3
Asumir la defensa
De los impotentes
Preservar la inocencia
En las almas de los niños, repite
Dulce mártir, nuestros monasterios son tuyos.
Sabes bien que las vírgenes son tus hermanas,
Y como tú el objeto de sus oraciones
es ver a Dios reinar en cada corazón.
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